¿Qué necesitamos para pensar críticamente?
Para conocer las condiciones que propician el pensamiento crítico, primero debemos entender lo que significa pensar críticamente. El pensamiento crítico es una habilidad que nos permite asimilar, analizar y desmenuzar información de manera efectiva y responsable. Cuando somos capaces de escuchar en lugar de oír, de recoger y evaluar la información relevante de aquello que hemos escuchado y en base a eso formulamos preguntas vitales, empezamos a pensar de manera crítica. Sin embargo, la parte mas importante, y lo que verdaderamente nos convierte en pensadores críticos, es poder llegar a conclusiones propias y saber argumentarlas con criterio.
Actualmente vivimos en la era de la información donde se ha adoptado la tendencia de tomar toda aquella información que recibimos como buena y válida sin antes pensar; es decir, mientras ha idos aumentando la información, la desinformación también lo ha hecho. Esto es un fenómeno de alto riesgo para la humanidad, vivimos condicionados, ignorantes a muchas realidades, sin capacidad de discernimiento, todo por no querer o quizás no saber cómo ejercer el pensamiento crítico. El célebre filósofo Francis Bacon afirmó, "quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar es un idiota; quien no osa pensar un cobarde.
Entonces, ¿qué necesitamos para pensar críticamente? ¿Se puede aprender a hacerlo? La realidad es que el pensamiento crítico es un comportamiento innato que mostramos desde el nacimiento y que vamos desarrollando -o mutilando- con el pasar del tiempo. El problema es que a medida que vamos creciendo, nos vamos desprendiendo, unos mas que otros, de esa herramienta tan útil y eficaz. Cada vez se va limitando mas y mas el número de vez que utilizamos esta herramienta y con los años, nos vamos volviendo más dogmáticos en el sentido que tiende a dar como ciertas, incontestables y fundamentales cosas u opiniones que no hemos constatado críticamente.
Utilizar constantemente el pensamiento crítico es una tarea que consume muchos recursos cerebrales. A medida que vamos creciendo y nos enfrentamos con exigencias en nuestro entorno, nos vemos obligados a ir dejando el pensamiento crítico a un lado. Es por esto que, para poder pensar críticamente o mas bien aprender a desarrollar nuevamente esta habilidad de pensar de manera lúcida y reflexiva, se debe de reservar tiempo y espacio para ello. La mayoría del tiempo nos vemos enfrentados con varias tareas a la vez y es difícil encontrar un rato en el que la mente se concentre solo en pensar. Dedicar un momento del día para pensar, siendo consciente de lo que está pasando por nuestras mentes y analizarlo con criterio, es importante para crear un hábito y adquirir práctica.
Otro facto sumamente importante para pensar críticamente aparte de la dedicación anteriormente mencionada es la curiosidad. Tener una curiosidad natural por aprender y adquirir nuevos conocimientos es vital para poder convertirnos en pensadores críticos. Cuando somos curiosos indagamos, investigamos, desmenuzamos la información la evaluamos hasta satisfacer nuestra sed de conocimiento y por consiguiente, fomentamos el pensar. Ser curiosos y actuar en consecuencia es algo que nos permite ampliar nuestras mentes, conocemos diferentes puntos de vista, perspectivas, nos hacemos mas cultos y empáticos. Cuando ejercemos la curiosidad, cuestionamos al mundo que nos rodea, incluyéndonos a nosotros mismos; a raíz de esa curiosidad explorada es que nacen las mejores ideas y soluciones, indicio de que hemos conseguido pensar críticamente.
Hacer que logremos niveles altos de capacidad de pensamiento crítico es vital para construir un modelo de sociedad justo y dignificador, de seres humanos plenos, libres de acondicionamientos, con convicciones y pensamientos propios. hay que vivir este proceso de pensamiento crítico con placer, encontrar el gusto de nutrirnos y adquirir conocimientos a partir de la observación, el razonamiento, la lógica filosófica y el método científico.
Autor: Camila Ferreiro
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