Mi Rutina Diaria




  Para mi, tener una rutina diaria establecida es tan imprescindible como respirar.
Aunque es cierto que es igual de importante saber romperla para escapar de la monotonía,
organizar mi día y mantener una rutina me permite acercarme a mis objetivos personales,
profesionales y académicos eficientemente.

  Un día en mi vida empieza, por lo general, a las 6:00 am con el sonido de la alarma.
Abro los ojos, me siento en la cama y tengo una discusión interna sobre los pros y contras de
volver a cerrarlos por 15 minutos mas. Prefiero ser puntual y el cargo de consciencia no me
deja, coloco ambos pies en el suelo y me levanto.

  Me quedo hipnotizada mirando el closet. “¿Qué me pondré hoy?” es la primera
pregunta que me hago todas las mañanas. Siempre opto por algo cómodo ya que tengo clases
durante toda la mañana de Lunes a Viernes. Saco el conjunto idílico del día, lo tiendo sobre la
cama y me meto a bañar. Alrededor de las 7:00 am es que bajo a desayunar ya que me toma
siempre una hora alistarme.

  Siempre me preparo el desayuno porque soy vegetariana y mi mama ni la señora de
servicio entienden mucho mi dieta; aunque los vegetarianos consumen huevo y leche, yo no
los como y ahí se les complica. Es muy común que la noche anterior haga una preparación
previa como cortar las frutas y vegetales para mi jugo verde mandatorio de todos los días.
Desayuno siempre con mi mama y mi hermana menor, conversamos un poco sobre el día que
nos espera y las 7:30 cada una emprende su camino.

  Como tengo un horario de clases cambiante es normal que me quede en la casa un
rato mas haciendo hora para salir, todo depende de mi horaria del día. Cuando me toca
esperar me pongo a hacer una de estas cuatro cosas: tareas que quedaron pendientes por
terminar de la noche anterior, avanzar nuevas tareas, ver Netflix o dormir un rato mas.
Cuando es hora de salir rumbo a INTEC, la universidad donde actualmente estudio,
me toca batallar con el tránsito matutino para llegar. El trayecto me toma entre quince y
veinte minutos sin tráfico. Al llegar, reviso mi horario del día para confirmar en que salón es
mi primera clase. Salgo todos los días de la universidad a la 1 de la tarde con excepción de
los viernes que mi hora de salida es a las doce del medio día. Después de clases raras veces
me quedo en INTEC haciendo tareas porque de lo contrario no me daría tiempo de ir a comer
a mi casa e ir al trabajo.

  Cuando es hora de regresar a mi casa después de una mañana de clases, pido un Uber
que me recoge en la puerta principal de la universidad. Este sistema revolucionario de
transporte es mi salvación. Llega en un máximo 6 minutos a recogerme, me monto en el carro
que me asignan y voy de camino a mi casa. Vivo en el Ensanche Naco por lo que a la hora de
almuerzo el tráfico para desplazarme desde INTEC a mi casa es un dolor de cabeza. En esta
instancia me toma mas o menos treinta minutos llegar. Llego a la puerta de mi casa, me
despido del chofer y me desmonto del carro. Odio los ascensores y los evito cada vez que
puedo, por gracia de dios vivo en un segundo piso y siempre tomo las escaleras hacia mi
apartamento.

  Alrededor de las 2:30 pm me siento en el comedor en compañía de mi madre, quien me
espera con el propósito de acompañarme a comer todos los días. Hacemos una breve
sobremesa de diez minutos y a las 3:00pm tomo una siesta de 30 minutos. Para mi esta siesta
es esencial e indiscutible para mi desempeño diario.

  A las 3:30 pm me levanto automáticamente de mi siesta ya que no necesito alarma; es
un hábito que adopté desde pequeña al ver a mi papá hacerlo cuando todavía vivía en mi
casa. Inmediatamente me levanto me cepillo los dientes, me lavo la cara para refrescarme un
poco y me preparo para irme a trabajar.

  Desde que estoy lista para salir, por lo general a las 4:00 pm, bajo por las escaleras al
parqueo, me monto en mi carro y manejo hasta Whee un parque de recreo para niños. Allí
doy clases de process art a niños entre 3 y 5 años todos los días de 4:30 pm a 5:30 pm. Tengo
seis alumnos fijos que van todos los días de la semana y los sábados tengo ocho alumnos mas
que van de 10:00 am a 12:00 pm. Cuando concluyo con mis clases recojo todos los
materiales, los guardo donde corresponde y limpio el estudio de arte.

  Me monto en mi carro nuevamente y ya es hora de ir al gimnasio. Siempre trato de
hacer una hora de ejercicio diaria pero mi asistencia al gimnasio depende mucho de la
cantidad de tarea que tenga pendiente ese día. Si tengo muchas cosas que hacer prefiero
ahorrarme esa hora e irme a mi casa directamente. Generalmente sé los días que no podré ir
al gimnasio en la tarde, sea por tareas o cualquier otro compromiso que tenga. Estos días
hago el esfuerzo de levantarme a las 5:30 am para irme a hacer mi hora de ejercicio y salir de
eso temprano. En el gimnasio siempre corro media hora y la otra media hora restante se la
dedico a hacer pesas.

  Una vez termino mi rutina de ejercicios me vuelvo a montar en mi carro y me dirijo hacia mi
casa donde me espera una buena cena para recargar pilas. Siempre ceno un bowl generoso de
ensalada con abundantes vegetales y un vaso de proteína vegetal. Trato de llevar una dieta
balanceada durante la semana para poder hacer desarreglos en el fin de semana, sin embargo,
a veces esto se me dificulta debido a la ajetreada rutina diaria que llevo.
Justo después de cenar me doy un baño, me pongo el pijama, uso un rato mi celular y
descanso. Mi hora de hacer tarea es a las 8:00 pm, cuando no voy al gimnasio en la tarde
empiezo mas temprano tipo 6:00 pm. Hago mis tareas en una pequeña oficina que hay en mi
casa, prendo el aire, me siento en el sofá o en el escritorio y empiezo con mis deberes.

  La hora a la que termino de estudiar varía mucho entre un día y otro. En un mundo ideal me
dormiría todos los días a las 11:00 pm para poder acumular mis ocho horas de sueño, pero la
vida estudiantil no me lo permite la mayoría de las veces. Para poder trabajar mas
eficientemente, cuando me asignan una tarea la realizo el mismo día. De esta manera no dejo
las cosas para último y no se me junta todo.

  Al concluir con mis deberes apago el aire y las luces de la oficina, voy a la cocina a
buscar un vaso de agua y me voy a mi habitación. Aquí prendo el aire y la televisión, apago
las luces y me acuesto en mi cama. Tengo la mala costumbre de dormir con el televisor
prendido, por esto le he puesto un timer a mi televisión que después de dos horas prendida se
apaga automáticamente. Una vez arropada y acomodada para dormir pongo la alarma del
siguiente día y pongo mi celular debajo de mi almohada. Si no hago esto pierdo horas usando
el celular.

  Viendo el televisor ni me doy cuenta cuando voy cerrando los ojos. Vuelvo a abrirlos y me
encuentro con la televisión apagada, la habitación helada y un nuevo día.


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